miércoles, 17 de junio de 2009

Quién soy?


Es una difícil pregunta que yo creo pocos podemos responder con seguridad y firmeza, pero cada día, cada suceso que hayamos pasado, pueden acercarnos un poco a contestar esta pregunta.

Mi familia está integrada por mis papas y dos hermanos, una hermana más grande que yo y un hermano menor. Y pues claro!, mi hermana mayor es la bonita, delgada, simpática, simplemente PERFECTA. Mi hermano es un chico de 15 años consentido y, según sus amigas, guapo; yo soy una chica de 21 años, medio alta y que siempre se ha sentido la sombra de su maravillosa hermana.

De chica siempre fui la "gordita", mi papá me decía masacote de cariño, imagínense que bonito sentía cuando me decía así. Mis amigas en la secundaria (que era de puras niñas), eran delgaditas y bonitas, en cambio yo, era una "gordita buena onda". En mi círculo de amigos, en la casa, con la familia y en todos lados, era la gordis, la que debería ser como su hermana. Cuando había comidas familiares, siempre mis tías paternas me criticaban y me comparaban con mi hermana, me decían que hiciera dietas, que me cuidara, por que ningún niño se acercaría a mí. Pero a los trece tuve mi primer novio, que después de casi un año de estar juntos, me dejó, y al poco tiempo empezó a salir con mi hermana. Fue un duro golpe, que sumado a las críticas de mis familiares y amigos por mi peso, hicieron que buscara a ana y mía como mis únicas compañeras. Poco a poco comencé a aislarme, sentí que con la ayuda de mis "ángeles", pronto todos los que se habían burlado se arrepentirían cuando me vieran delgada y bella. Así llegué a los 16, con un peso bajo, mis papás preocupados por mi salud y yo feliz por ser delgada, algo que nadie nunca pensó que podría suceder. Después, en la prepa, la fiesta, los amigos y sin ningún novio desde aquella experiencia, comencé a subir de peso, no tanto como cuando era niña, pero a partir de ahí he vivido con cambios de peso sin poderme establecer. Delagada, gordis, muy delgada, muy gorda, etc.

Ahora tengo casi 22 años, y una firme decisión de llegar a mis anhelados 47 kilos, con el impulso de dos años sumamente difíciles, un intento de suicidio y una relación dependiente, no tengo más por que luchar que por mi meta, la única ancla que me sostiene a la vida.

Describo mi vida como el proceso en que una larva llega a convertirse en bella mariposa. Ahorita soy una larva que se arrastra, asquerosa y que nadie se atreve a mirar, y que se tiene que envolver en un capullo para protegerse de depredadores y del brusco ambiente mientras comienza su metamorfosis para salir de aquel caparazón volando ya convertida en una bella mariposa.

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